La semana pasada fuimos a hacer la compra mensual, y como la hacemos en un hipermercado de esos donde te venden desde la matica hasta la lavadora, decidimos comprar ahí mismo una aspiradora de mano. Se nos ocurrió comprarla de mano porque así por lo menos se acaba la lucha eterna con los pelos y ADEMAS nos cabe en el apartamento. (ganadoor!) Que maravilla de compra. Ese día yo había quedado con una amiga por la noche, así que le dejé a Pasquies todas las bolsas para que las organice. Cuando regrese estaba todo organizado, y la emoción de Pasquies no era normal. Había sacado la aspiradora de la caja, y la veía... y la veía. Al cabo de un rato se puso a aspirar TODO lo que veía mal puesto: debajo de la mesa de mi computadora, en las esquinas, debajo de la cama, debajo de su armario... en fin, las pelusas no vieron con quien pelearon. Y luego la emocionada era yo porque, carajo!!... si eso lo hace una aspiradora de mano, mañana mismo compro lavadora, secadora, lavavajillas, y hasta pulidora...!
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