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Mi primo y padrino me ha pedido que dijera unas palabras en el acto de su matrimonio. La verdad es que, con la edad que tiene, ya ninguno de nosotros, al menos entre los familiares más directos, pensábamos que esto se fuera a hacer realidad: que se casara. Total, que esto es un ejercicio de novedad que todos debemos disfrutar y vamos a hacerlo como se merece. Sobre todo, porque es el mayor de los primos de esta parte de la familia. Y también, porque esperamos que la mujer con la que ha decidido compartir su vida a partir de ahora, pase a formar parte de nuestra familia, igual que esperamos que él empiece a ser uno más en la suya.
Él me ha dicho que quiere que recuerde sobre todo a los ausentes por las dos partes. Entre ellos están las abuelas de la novia: F* y la tía M*, así como al señor A* Á*, quienes por razones de su adelantada edad no han podido desplazarse hasta aquí; y de tio M*, que ya hace unos años que nos dejó.
Él también quiere recordar con mucho cariño a sus abuelos: P* y A*, P* y P*, así como a sus tios P* y A*, y a su tía E*, a quienes seguro que les habría gustado estar en esta ceremonia que supone para todos nosotros el comienzo de una nueva familia al amparo de este mundo tan convulsionado, pero en el que todos queremos e intentamos que sea el mejor de los mundos posibles.
Nos habéis llamado esta tarde, Pasquies y Ají Dulce para decirnos públicamente algo tan sencillo como que os queréis. Y nada tan bonito como hacerlo acompañados no por gente, mucha o poca gente, no. Por personas que os aprecian, que sienten que sois parte de su vida, vuestros amigos, vuestras familias. Unas familias que, a partir de ahora, no mengüan sus miembros, sino que crecen. Porque aunque a Pasquies lo veamos menos y se vaya a Barcelona, tios, no penséis que perdéis a un hijo, pensad que, a partir de ahora, habéis ganado una hija.
No soy yo el más indicado para hablaros de enamoramiento y esas cosas, pero si habéis decidido dar este paso en vuestra vida, es porque habéis descubierto esa cosa especial el uno en el otro que os hace felices. Precisamente vuestra alegria es la que nos alegra; es por vuestra felicidad por lo que hoy estamos de fiesta. Y en este sentimiento tan grande de amor, quienes os conocemos y os queremos, no podemos dejar de alegrarnos y felicitaros.
Pasquies y Ají Dulce inician una vida en común, una nueva trayectoria en sus vidas que todos nosotros, familiares y amigos, queremos que esté llena de felicidad. Ah! Ají Dulce: Bienvenida a la familia.
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Ayy que texto tan hermoso!!
Yo habria inundado el salon al oirlo el dia de la boda!
jaaaaajajaja! A mi casi me pasa lo mismo!
Gracias por pasar por aqui!
Saludos!
Xama...una vez más se me agüó el güarapo leyendo los discursos de tu boda...
Felicidades una vez más!!! Un abrazo!!!
Ay Dios, yo todavía estuviera llorando...