El hombre de mil apodos

Published 06 octubre 2005 by Tosty Arepa | E-mail this post

Una de las cosas que más me sorprenden en la vida, son esos mensajes que de formas siempre inesperadas, que a veces no entendemos, son enviados a nuestro terrenal mundo alguien -o algo- que está más allá... quizá sea Dios... no se. Aparentemente para protegernos... ojalá.

Hoy mi jefe llegó a la oficina un poco afligido, desde que entró lo percibí, se le notaba en la cara. Él que lleva ante el grupo una relación abierta y casi horizontal, siempre nos comenta de alguna novedad, a veces sobre trabajo y otras veces son historias de su vida cotidiana y hasta personal. Por esta razón todos, todos, todos interrupimos lo que estamos haciendo para oír el cuento del día. Hoy era la historia de cómo se salvó.

Mi jefe, con su habitual actitud, pero con la cara extraña que ya había notado, se para en el medio de nuestra sala de redacción y nos dice a todos con su buen tono de voz: "Ayer se me escoñetó la moto".

Resulta, que como a eso de las siete de la noche lo llama nuestro jefe mayor (alias el papá de los helados, el dueño del arroz con pollo, the big boss, el cero uno, LL y muchos otros apodos más, casi se puede decir que tiene mil) para una reunión urgente. Éste, por su puesto no dudó en devolverse y regresar para la famosa reunión estratégica... allí deciden cómo conquistar el mundo... y constelaciones circunvecinas.

Llega y prefiere estacionar la moto en la calle, para poderse ir más rápido y evitar las habituales colas que se forman a eso de las ocho y media de la noche. Como siempre en estos casos, una bella y amable policía de tránsito -según sus propias palabras- le indica que de esa manera no se puede estacionar, que cambie de lugar y de ángulo; él educadamente -y se lo creo- le hace caso sin chistar.

Yo en lo personal me imagino que ese tipo de reuniones con gente supuestamente importante y que sabe mucho de "estrategias", son un poco de hablar una buena paja adornada... y de hacer que escuchas a los demás, asintiendo con la cabeza y con el dedo índice entre la barbilla y la boca. Y por su puesto... infaltables... un t-motion -que vibre o suene cada cierto tiempo- y unos buenos lentes. Q tal!!! así si encajas perfectamente.

Justo en el momento en el que mi jefe -el que se salvó- revisa su "timo", baja por las escaleras e interrupe la importante y "estratégica" reunión un escolta del propio convocante (escolta del mismo que le dijo que se devolviera, que era urgente), guardaespaldas del hombre que tiene mil apodos y mil supuestos enemigos, y le dice a mi jefe (el mismo que le dijo que si, que se iba a devolver y que se salvó): "pana sube ya que a un autobús se le fueron los frenos y se llevó por delante tu moto". Al principio no le cree... pero era la más pura verdad...

Me imagino que tener una moto de alta cilindrada, en un país como Venezuela, no debe ser una tarea, hobbie o pasatiempo fácil. De verdad no se nada acerca de esas máquinas, sólo se que por donde pasa (mi jefe el subalterno obediente que dijo que si, que se iba a devolver y que se salvó), activa las alarmas de los carros, que además tiene muchos tipos de cornetas -desde un grito, hasta oraciones completas que dicen quítate que voy a pasar-, que se puede escuchar música en cd´s y hasta te puedes ir de viaje a muchos kilómetros de distancia. No debe ser económico... ni de vaina!. Pero es un gusto. ¿Qué rico disfrutar la vida verdad?.

Cuando tienes una moto como la de él: negra con plateado, brillante, hermosa, grande, pesada y súper ruidosa; debes tener muchas cosas en cuenta, por ejemplo, la inseguridad: que los "choros" no te la vayan a robar, que los "rateros" no la vayan a rayar por puro resentimiento o arrechera; que no te vayas a voltear, que un carro no te llegue, no llevarte por delante a ningún peatón y la más importante de todas: no matarte ni matar a tu acompañante... creo que son muchas, muchas cosas en las cuales pensar... pero qué más da, es un gusto, hay que disfrutar la vida. Vale la pena arriesgarse y ser valiente. ¿O no?.

Bueno, volviendo a la sala de redacción en la que todos atónitos escuchábamos cada palabra del jefe -el mismo que ahora nos dice cómo se salvó- que también, entre líneas, nos dice cómo le es muy obediente al hombre que tiene varios escoltas y también tiene varias motos... ahhhhhh y muchos enemigos... y además quiere conquistar el mundo...

Resulta que un chofer de autobús, con actitudes de hijo de puta innatas, sintió hambre y dejó su "automovil" prendido, pero se aseguró de ponerle el freno de mano, el cual seguramente no tiene mantenimiento ni revisión en mucho tiempo... y se fue a comer una arepita. Por su puesto el freno de mano no soportó el peso y zuasssssssssssss, se deslizó cada vez más rápido... hasta no sólo tumbar la moto, sino pasar sobre ella hasta aplastarla dañándole muchos de sus "órganos vitales".

Hay muchas lecturas que se le pueden hacer a esta historia, la que yo le doy y es exactamente de lo que les estoy escribiendo hoy... es que sólo fue un incidente supestamente accidental para evitar un mal peor. Alguna de las cosas de las cuales debes estar pendiente si tienes una moto, así como la de él...

Mucho dinero -imagino- le costará reavivar esta máquina. ¿Quién se lo paga?, ¿Quién nos paga lo que hacemos a veces sobre pasando, sin saber, los límites de nuestra vida?... quizás Dios, o lo que sea, lo que quiso decirle a mi jefe con este hecho es que aquel hombre de mil apodos, con varias motos, con guardaespaldas, con reuniones estratégicas nocturnas, que convoca para una reunión urgente... no vale la pena... ni tampoco la paja adornada que sepas hablar, ni los lentes, ni el t-motion... ni sus enemigos, ni sus ganas de conquistar el mundo...

Ustedes qué creen?. Hay que darse sus gustos no?.

Después del incidente... continuó la reunión...

3 Responses to “El hombre de mil apodos”

Ají Dulce on 9:41 a. m.

Yo quiero una lista de todos los apodos!! El de "el dueño del arroz con pollo" me gusto muchooo.. jajajaja
Guayoyo on 9:56 a. m.

Pues por lo menos perdió sólo unas cuantas piezas de la moto... Yo estuve sin caminar por casi dos meses.
Un carro estacionado, y supongo que sin freno de mano, o sin mantenimiento... se me vino encima y detuvo su paso cuando me dio el mis piernas...
Escuché el "crac" de mi cadera...
Pana! de haber estado por lo menos uno de los guarda espaldas del señor ese de los mil apodos, te juro que lo pongo a el pa que lo escoñeten primero.... jaaaaajajajaaj
Anónimo on 11:16 a. m.

JAJAJAJA pobre de tu jefe o mejor dicho pobre moto... pero bueno digamos que son cosas que suelen suceder, cosas inexplicables que te hacen reflexionar o serán las formas que busca Dios para hacerte saber que el está aquí justo al lado de ti..o puede ser un angelito de la guarda ? mmmm... no sé pero es interesante pensar y saber que cada uno tiene una anécdota de este tipo de cosas que suceden inesperadamente, cosas que por segundos o por acciones inexplicables evitan algún daño o algo que pueda afectarte directamente, (ejemplo Un accidente en la autopista que recorres todosss los días pero ese día el carro no te prendió por 3 min. o te encontraste a alguien que se puso a hablar de más, o se te quedaron las las llaves, o no te pusiste zarcillos, o dejaste el cel y te devuelves a buscarlos o simplemente el despertador no le dió la gana de sonar."misteriosamente".
Y mientras eso pasaba 2 min. antes ocurrió un choque de 9 carros en la autopista q se yo. cosas así, saben? vainas súper interesantes de escuchar, leer, etc que entretienen a cualquiera pero que sobre todo salvan tu vida o evitan algún daño ...el hombre de los mil apodos? he is the big men ! jjaja...